Inglaterra:
Creo que te quedas en las cosas del pasado cuando deberías pensar en el presente y sobretodo en el futuro. No comprendo esa obsesión tuya por querer añorar “lo viejo”.
Las cosas que pasaron, las cosas que nos dijimos y lo que no nos dijimos, ya no son parte de nuestro mundo, porque es algo que he enterrado.
Agradezco las enseñanzas y la cultura que me has dado, pero ya no soy tu colonia, ni tampoco un niño pequeño, nuestras historias han cambiado bastante pero tu pareces seguir negándote a los hechos.
Ahora me he convertido en una nación poderosa y grande, he sabido surgir desde el fondo, donde tú me dejaste, y poco a poco mi gente brotó dentro de la democracia en mi país.
Por esto, no creo que sea necesario recordar lo que ha pasado entre nosotros. Ahora tenemos una relación estable, aunque seguimos estando alejados por el extenso mar.
Cuando recibí tu carta fue una sorpresa. Nunca pensé que pensarías en escribirme, pues no lo hacías cuando era pequeño, ¿por qué habrías de hacerlo ahora? Y cada vez que pienso en ello, sólo llego a la misma respuesta. Te estas volviendo viejo y solo. No quiero decir con esto, que por ser viejo y solo pienses siempre en mi – aunque me gustaría creer eso -. La verdad es que estoy preocupado por tus cambios de ánimo, esos altos y bajos no son buenos para tu salud.
Inglaterra.
Voy a dejarme de bromas esta vez.
Cuando era niño queriendo descubrir las cosas nuevas del mundo, simplemente era eso lo que añoraba ser, pero aun no entendía nada de mi pueblo. Quería saber todo y a la vez explorar en el “nuevo mundo”. Sin embargo, tu me enseñaste que no todo lo bueno es tan bueno y lo malo es tan malo, y cuando apliqué que lo que me había aprendido de ti, te convertiste por fin en mi hermano mayor, pero crecí, y al parecer tu nunca te diste cuenta de eso, aun ahora me molesta.
Quise contarte mis cosas tantas veces, sin embargo me las guardé para mí. Quise preguntarte cosas acerca de las chicas, de mi pueblo, del amor, pero como siempre, venías y te ibas, al final fuiste un “hermano mayor” ausente.
Te vi tantas veces con heridas, sangrando, llegabas a casa cansado, y me daba pena verte de esa forma. Pensé que haciéndome más fuerte podría protegerte, quería ser ese príncipe que me contabas en tus historias, y rescatarte de esos dragones llamados guerras.
Tienes razón, cada vez que venías crecía de una manera asombrosa, y era simplemente porque cuando estaba solo en este país, solo pensaba en que llegarías nuevamente con esas múltiples heridas y que al correr a abrazarte te dolería.
Vi a mi pueblo sufriendo, estabas robándome y eso me molestó. Yo te admiraba mucho, pero cuando me di cuenta que te estabas aprovechando de mi en vez de cuidarme me enfadé mucho. Ahora era yo quien quería hacerte esas heridas en tu cuerpo, y dejar una eterna marca en ti.
Quería ser libre de la mala imagen que en ese entonces tenía de ti, entonces me fui de casa, y por fin te abandoné.
Fui un tonto adolescente por pensar que si me iba te irías de mi nación y me dejarías en paz, pero me seguiste buscando, una y otra vez, y mis hombres se seguían quejando de la mala vida que llevaban, decidí cortar por lo sano y te declaré la guerra.
Tuve miedo de que a pesar de ser la mezcla de distintas culturas mis pueblos me fueran dejando uno a uno, por ello me apresuré a unirlos contra ti y hacer “Estados Unidos de América”.
Tenía que pensar con la cabeza fría. Todos los recuerdos contigo se me vinieron a la cabeza antes de atacarte, pero tenía que desecharlos de alguna forma, por eso comencé a ocuparme de mi mismo y mi gente.
Tu comenzaste a enviar más hombres para la guerra, mientras yo me preguntaba que tan frio podías ser, y cuando te ataqué el tonto juego de los hermanos había acabado.
Vi a muchos de mis hombres morir a tus pies. Con los bosques teñidos de rojo por la sangre y el fuego.
Utilizaste a Canadá un par de veces para magullarme, aun no comprendo hasta donde puede llegar tu hipocresía, yo siempre fui tu favorito.
El dolor en mi pecho era indescriptible; como nación había salido magullado, y como persona había perdido a muchos de mis seres queridos, sobretodo a aquella persona que años atrás miraba hacía arriba y tomaba su mano. Te había perdido a ti.
Aun recordar estos hechos ahora me pone desanimado, por eso, a pesar de que amo mi libertad de alguna forma tu influencia aun queda bajo mi piel.
Cuando voy a visitar Nueva York, tengo múltiples recuerdos de mi niñez y mi adolescencia junto a ti, y no es que no quiera recordar, sólo me parece muy nostálgico hacerlo mirando la noche estrellada.
A pesar de todas las cosas que he vivido junto a ti, quiero decir algo que nunca he dicho, o quizás no lo he dicho por un largo tiempo… Gracias.
Ahora que soy una potencia mundial más grande que tú me siento con la fuerza suficiente para decirlo. Agradezco todas las enseñanzas que me diste, porque sin ellas jamás abría podido entender el mundo en el que vivimos, te doy las gracias porque fuiste un buen hermano mayor y un buen tutor, pero, lo que nunca te agradeceré es el rechazarme cada vez que intento acercarme a acariciar tu pelo, a besar tus labios o siquiera tomar tu mano, siempre huyes, esto me molesta. ¿No se supone que ya somos una pareja oficialmente? ¿Entonces por qué siempre te escabulles?
Si las cosas son así prefiero que me digas a la cara las razones por las cuales aun no aceptas ser mi novio oficial y gritarle al mundo que nos queremos. Estoy cansado de fingir Inglaterra.
¿Acaso si fuera Japón sería diferente? ¿o es que la cosa es sólo conmigo?
Como hombre me siento frustrado, soy yo el que siempre te busco, el que siempre llama y da la iniciativa para “algo” y a la larga esas cosas cansan, pero al fin y al cabo solo me pregunto si eres muy lento para darte cuenta.
Con respecto a mis amigos, sé que no tengo ninguno realmente, sólo a Tony, pero tampoco necesito tenerlos, pues obtengo todo lo que quiero a mi manera. Los amigos sólo son por supervivencia, luego de usarlos te deshaces de ellos, así fue como me enseñaste. Un país rodeado y siendo una Isla de todas formas.
Por cierto Inglaterra… seguiré viajando a escondidas para verte, seguiré escabullendo en la noche para abrazarte, besarte y hacer el amor contigo hasta el amanecer.
Estaré protegiendo tus sueños, tus palabras y tu cuerpo, porque ya me pertenecen, todo de ti, tus recuerdos, tu pasado y futuro también, todo lo tuyo es mío… ¿Sabes por que Inglaterra?
Porque yo soy tu héroe…
Estados Unidos de América.
Creo que te quedas en las cosas del pasado cuando deberías pensar en el presente y sobretodo en el futuro. No comprendo esa obsesión tuya por querer añorar “lo viejo”.
Las cosas que pasaron, las cosas que nos dijimos y lo que no nos dijimos, ya no son parte de nuestro mundo, porque es algo que he enterrado.
Agradezco las enseñanzas y la cultura que me has dado, pero ya no soy tu colonia, ni tampoco un niño pequeño, nuestras historias han cambiado bastante pero tu pareces seguir negándote a los hechos.
Ahora me he convertido en una nación poderosa y grande, he sabido surgir desde el fondo, donde tú me dejaste, y poco a poco mi gente brotó dentro de la democracia en mi país.
Por esto, no creo que sea necesario recordar lo que ha pasado entre nosotros. Ahora tenemos una relación estable, aunque seguimos estando alejados por el extenso mar.
Cuando recibí tu carta fue una sorpresa. Nunca pensé que pensarías en escribirme, pues no lo hacías cuando era pequeño, ¿por qué habrías de hacerlo ahora? Y cada vez que pienso en ello, sólo llego a la misma respuesta. Te estas volviendo viejo y solo. No quiero decir con esto, que por ser viejo y solo pienses siempre en mi – aunque me gustaría creer eso -. La verdad es que estoy preocupado por tus cambios de ánimo, esos altos y bajos no son buenos para tu salud.
Inglaterra.
Voy a dejarme de bromas esta vez.
Cuando era niño queriendo descubrir las cosas nuevas del mundo, simplemente era eso lo que añoraba ser, pero aun no entendía nada de mi pueblo. Quería saber todo y a la vez explorar en el “nuevo mundo”. Sin embargo, tu me enseñaste que no todo lo bueno es tan bueno y lo malo es tan malo, y cuando apliqué que lo que me había aprendido de ti, te convertiste por fin en mi hermano mayor, pero crecí, y al parecer tu nunca te diste cuenta de eso, aun ahora me molesta.
Quise contarte mis cosas tantas veces, sin embargo me las guardé para mí. Quise preguntarte cosas acerca de las chicas, de mi pueblo, del amor, pero como siempre, venías y te ibas, al final fuiste un “hermano mayor” ausente.
Te vi tantas veces con heridas, sangrando, llegabas a casa cansado, y me daba pena verte de esa forma. Pensé que haciéndome más fuerte podría protegerte, quería ser ese príncipe que me contabas en tus historias, y rescatarte de esos dragones llamados guerras.
Tienes razón, cada vez que venías crecía de una manera asombrosa, y era simplemente porque cuando estaba solo en este país, solo pensaba en que llegarías nuevamente con esas múltiples heridas y que al correr a abrazarte te dolería.
Vi a mi pueblo sufriendo, estabas robándome y eso me molestó. Yo te admiraba mucho, pero cuando me di cuenta que te estabas aprovechando de mi en vez de cuidarme me enfadé mucho. Ahora era yo quien quería hacerte esas heridas en tu cuerpo, y dejar una eterna marca en ti.
Quería ser libre de la mala imagen que en ese entonces tenía de ti, entonces me fui de casa, y por fin te abandoné.
Fui un tonto adolescente por pensar que si me iba te irías de mi nación y me dejarías en paz, pero me seguiste buscando, una y otra vez, y mis hombres se seguían quejando de la mala vida que llevaban, decidí cortar por lo sano y te declaré la guerra.
Tuve miedo de que a pesar de ser la mezcla de distintas culturas mis pueblos me fueran dejando uno a uno, por ello me apresuré a unirlos contra ti y hacer “Estados Unidos de América”.
Tenía que pensar con la cabeza fría. Todos los recuerdos contigo se me vinieron a la cabeza antes de atacarte, pero tenía que desecharlos de alguna forma, por eso comencé a ocuparme de mi mismo y mi gente.
Tu comenzaste a enviar más hombres para la guerra, mientras yo me preguntaba que tan frio podías ser, y cuando te ataqué el tonto juego de los hermanos había acabado.
Vi a muchos de mis hombres morir a tus pies. Con los bosques teñidos de rojo por la sangre y el fuego.
Utilizaste a Canadá un par de veces para magullarme, aun no comprendo hasta donde puede llegar tu hipocresía, yo siempre fui tu favorito.
El dolor en mi pecho era indescriptible; como nación había salido magullado, y como persona había perdido a muchos de mis seres queridos, sobretodo a aquella persona que años atrás miraba hacía arriba y tomaba su mano. Te había perdido a ti.
Aun recordar estos hechos ahora me pone desanimado, por eso, a pesar de que amo mi libertad de alguna forma tu influencia aun queda bajo mi piel.
Cuando voy a visitar Nueva York, tengo múltiples recuerdos de mi niñez y mi adolescencia junto a ti, y no es que no quiera recordar, sólo me parece muy nostálgico hacerlo mirando la noche estrellada.
A pesar de todas las cosas que he vivido junto a ti, quiero decir algo que nunca he dicho, o quizás no lo he dicho por un largo tiempo… Gracias.
Ahora que soy una potencia mundial más grande que tú me siento con la fuerza suficiente para decirlo. Agradezco todas las enseñanzas que me diste, porque sin ellas jamás abría podido entender el mundo en el que vivimos, te doy las gracias porque fuiste un buen hermano mayor y un buen tutor, pero, lo que nunca te agradeceré es el rechazarme cada vez que intento acercarme a acariciar tu pelo, a besar tus labios o siquiera tomar tu mano, siempre huyes, esto me molesta. ¿No se supone que ya somos una pareja oficialmente? ¿Entonces por qué siempre te escabulles?
Si las cosas son así prefiero que me digas a la cara las razones por las cuales aun no aceptas ser mi novio oficial y gritarle al mundo que nos queremos. Estoy cansado de fingir Inglaterra.
¿Acaso si fuera Japón sería diferente? ¿o es que la cosa es sólo conmigo?
Como hombre me siento frustrado, soy yo el que siempre te busco, el que siempre llama y da la iniciativa para “algo” y a la larga esas cosas cansan, pero al fin y al cabo solo me pregunto si eres muy lento para darte cuenta.
Con respecto a mis amigos, sé que no tengo ninguno realmente, sólo a Tony, pero tampoco necesito tenerlos, pues obtengo todo lo que quiero a mi manera. Los amigos sólo son por supervivencia, luego de usarlos te deshaces de ellos, así fue como me enseñaste. Un país rodeado y siendo una Isla de todas formas.
Por cierto Inglaterra… seguiré viajando a escondidas para verte, seguiré escabullendo en la noche para abrazarte, besarte y hacer el amor contigo hasta el amanecer.
Estaré protegiendo tus sueños, tus palabras y tu cuerpo, porque ya me pertenecen, todo de ti, tus recuerdos, tu pasado y futuro también, todo lo tuyo es mío… ¿Sabes por que Inglaterra?
Porque yo soy tu héroe…
Estados Unidos de América.